
-Hola, buenas tardes.
-Hola, que desea?
- Perdona... ¿Dónde puedo encontrar un cofre del tamaño de un corazón humano?
para conservarlo, para que dure mucho tiempo ,para que este libre de todo daño y dure un montón de años más dentro de su propietaria.
-Pero…. ¿corazón de esos con forma de idem, rojo y lleno de sentimientos y como los que pintamos en la parte de atrás de los árboles?
-Bueno para ese no es necesario ningún cofre, la propietaria del mismo lo administra perfectamente, le da sus pequeños sustos de vez en cuando, pero todo reparable con un poco de ayuda de su cabeza bien amueblada y de su “temperamento propio” ,ese con más o menos maestria le maneja a su antojo y le domina y no al contrario.
Me refiero al otro, el que tiene una pinta diferente a como lo dibujan ,es mas como una masa roja y para nada uniforme yo diría que incluso poco agraciado pero que reparte la sangre equitativamente por todo el cuerpo, lenta pero incansable, a un ritmo acompasado y se acelera cuando es verdaderamente necesario,pero a ese no lo puedes controlar y ultimamente va un poco a su puta bola.
- ¿De que material le quiere?
- Del mejor y más resistente y por supuesto duradero,con reloj de precision que le marque el compás necesario .
- ¿Se lo envuelvo para regalo?
- No, no hace falta….los envoltorios son meras maniobras de distracción para el remitente.
- Aquí tiene.
- Muchas gracias, espero que le sea de utilidad.
- Seguro que si.
- Adiós ,buenas tardes.