Hay ocasiones en las cuales intentamos escribir un libro de
verdades, y acabamos leyendo mentiras y más mentiras. ¿Por qué? Quizá nos
equivoquemos a la hora de escribirlo, con tensiones de por medio, con
prejuicios, si lo lees varias veces, acabarás perdido, rodeado de tus propias
mentiras.
Lo peor que alguien se puede preguntar es: ¿Por qué no me atreví?
Frente a sus ojos, de repente, había aparecido horas antes la estación del tren. No supo cómo sus pies le condijeron allí, ni cómo llegó a estar sentado en un vagón con destino incierto contemplando su rostro en el cristal frente a la oscuridad del ocaso del sol, ese tiempo indeterminado que no sabes si es de día o de noche. No pretendía llegar a ningún sitio: tan solo irse lejos, viajar, escapar. Quería seguir avanzando sin pensar en un destino concreto, sin tener que elegir algún destino conocido. De repente sintió un cansancio exagerado, arrugas selladas bajo el silencio, con la complicidad de los ojos enmarcados en tortuosos pliegues, tristes, agotados, anhelando un descanso que no era capaz de asimilar.
No sabía el trayecto, ni tampoco le importaba.
Solo quería escapar, huir hacia un destino más benévolo, huir
hacia adelante. No se puede dar marcha atrás, que la esencia de la vida es ir
hacia adelante. La vida, en realidad, es una calle de sentido único.
No importaba al destino, solo que el destino fuera diferente.
Cuando todo en tu vida va sobre ruedas, es fácil creer que las
cosas pasan por una razón, es fácil tener fe. Pero cuando las cosas empiezan a
ir mal es muy difícil mantener esa fe, cuesta no preguntarse por qué razón
pasan esas cosas. Es como si un día te dieras cuenta de que los cuentos no son
exactamente como habías soñado, no tienen princesas de un rubia platino ni
tetas bien puestas, pero tampoco dragones que escupen fuego y te queman el
culo. El castillo puede que no sea un castillo y lo de ser felices para siempre
resulta que no es tan importante, en realidad la felicidad es un invento del
Paulo Cohelo o como cojones se escriba.
Y te entra el miedo.
Tienes miedo de ser el único de no conseguir la puta felicidad que
todos a tu alrededor aparentan tener. Pero no es malo tener miedo, lo malo es
dejar que el susodicho domine tu vida. Porque entonces no tendrás vida, sólo
miedo. A todos nos gusta pensar que tenemos cierto control sobre nuestras
vidas, y muchas veces nos engañamos a nosotros mismos pensando que estamos al
mando. Pero entonces pasa algo que nos recuerda que el mundo funciona con sus
propias reglas, y no con las nuestras. Que sólo estamos de paso. Miedo de lo que podríamos no ser
capaces de hacer. Miedo de lo que podrían pensar si lo intentamos. Dejamos que
nuestros temores se apoderen de nuestras esperanzas. Decimos que no cuando
queremos decir que si. Nos callamos cuando queremos gritar y gritamos con todos
cuando deberíamos cerrar la boca. Enseña, contesta, cáete y sonríe. Nunca te
calles esos comentarios que sabes que debes decir, por culpa de las
consecuencias.
Miedo, miedo, miedo….a tomar por el culo el miedo. ¿Por qué?
Después de todo solo vivimos una vez. No hay tiempo de tener miedo.. .Vive el
presente que, el futuro, ya llegará
Y entonces piensas en tener suerte como plan “B”.
Pero no necesito suerte, no la quiero. Toda mi vida he tenido que
luchar y eso me ha hecho fuerte. Me ha hecho quien soy. Peléate con el árbitro,
cambia las reglas, haz trampas, no olvides tus heridas, pero juega... como si
no hubiera un mañana. No se trata de ganar o perder sino de cómo juegas. La
vida a parte de una incógnita es un sin fin de rarezas sorpresivas, a veces lo
llamamos casualidades, otras coincidencias, otras suerte...
Sigo en el tren, se mueve lento pero avanza. Bien, de puta madre.
Sigo mareando mi pobre neurona, pensando ,anhelando. Necesito una
dosis de vida, miles de gramos de adrenalina , algo que motive mis mente y
cuerpo y los impulse a sonreír, gritar, saltar.. y todas esas cosas que
desearía hacer y no hago. La vida es tan sumamente compleja que las manos no
sirven para sujetarlo todo, unas veces se pierden cosas, otras se encuentran.
Hay que elegir, decidir y renunciar y ¿por qué no?, equivocarse. Si no cometes
errores significa que no intentas resolver los problemas verdaderamente
difíciles
Paramos….unos viajeros suben, otros han llegado a su destino.
Yo aún no.....
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