No darte la coña con mensajes breves e incoherentes vía
washapp, mail, o lo que sea en forma de letras enviadas por alguna máquina
infernal a través de las redes estas que nos unen y nos separan por una
telaraña invisible.
No llamarte, incordiarte, preguntarte. Saber de ti, que
piensas que sientes, que ansías, con quien compartes tus sueños.
No haber podido estar a tu lado cuando el destino te hizo
trampas y todo se volvió negro, aunque sé que el puñetero destino nos debe una
y le ganaremos.
Cuesta no relacionar sucesos, cosas vistas o leídas en
alguna página en esas horas de navegación muerta y sin sentido a la que
ocasionalmente me dedico…..contigo.
Cuesta no pensar demasiado en lo que pudo ser y no fue, en las
putas obligaciones que me impidieron ir a verte , de la ocasión perdida de
saborear tus labios, de abrazarte de sentirte.
Cuesta levantarse cada día y saberte lejos y que pasarán las
horas sin verte, y así un día y otro y otro más.
Cuesta pensar que tu sonrisa la disfrute el panadero que le
compras cada jornada, el del súper de la
esquina , tu jefe, tus compañeros de curro, tus gatos y tu perro y yo no.
Cuesta ver un paisaje con sol o con lluvia, el mar o la
montaña y que tú no estés a mi lado, saboreándolo.
Me quedo con lo bueno, con los buenos recuerdos y con saber
que sigues por ahí que a pesar de todo, a pesar de mí… te tengo a mi lado.
Aunque me cueste….